
Siempre pensé que la introversión era un defecto, es decir un aspecto negativo que algunas personas pueden tener y vi que la extroversión era una virtud.
A través del conocimiento de Brahma Kumaris en sus cursos me contaron que el entendimiento de ellos era opuesto al que yo pensaba. Es decir, que la virtud era la introversión. Siempre fui muy expresivo, impulsivo, espontaneo y recibir este conocimiento colisionaba con mis creencias habituales.
La importancia de practicar el silencio
La extroversión siempre me permitía llamar la atención de los demás con chistes, bromas, frases, expresiones y había sido un recurso en mi vida para la supervivencia espiritual, entablar relaciones, tener amigos, compañeros y un entorno de personas. ¿Cómo entender este aspecto del conocimiento?
Simplemente me explicaron, la que introversión permite el equilibrio de la mente, que al mantener mi mente en silencio y calmada hacia que siempre pueda tener más claridad y que esto es lo que se necesita para meditar, pero claramente no para conquistar relaciones de amigos y compañeros superficiales. No lo acepte del todo pero si decidí comenzar a probar y experimentar estas palabras. En reuniones donde todo el tiempo todos hablaban de repente quería estar en silencio y escuchar mas que hablar, luego olvidaba estas enseñanzas y comenzaba a hablar rápidamente sin parar e interactuar con las personas luego de lo cual me sentía cansado, cometía errores porque decía cosas que no debía decir, contaba cosas personales, opinaba de la vida de otros, criticaba a otros, y pude ver los dos extremos de la vara. Terminaba las reuniones y me decía, ¿por qué dije eso?, u otro se enteraba de mis comentarios y se molestaba, o simplemente contaba toda mi vida personal a un extraño.
Llevo tiempo extender de que se trata la introversión. Mantener la mente calmada, quieta, hablar lo necesario, lo adecuado, de acuerdo al lugar, a las circunstancias, de acuerdo a las personas, de acuerdo al memento y podría seguir…..
Aprendí luego que son tantas las variables que hay que tener en cuenta a la hora de pronunciar una palabra que hoy entiendo más en profundidad que es introversión. Es entender que las palabras son un recurso que debe ser dosificado, medido, usado adecuadamente o no indiscriminadamente. Las palabras son energía, recursos. Aprendí que la boca no puede ser una canilla que uno solo abre y deja que fluyan las palabras en forma indiscriminada. Sino como todos los recursos, debemos cuidarlos y usarlos en forma digna. Hablar cuando sea necesario, y lo necesario sin que hablar se convierta en un vicio y una adicción. Luego que cada palabra tenga importancia y calidad, es decir tenga valor lo que diga, tenga sentido, propósito.
Es tanto lo que hay que pensar antes de hablar que ahora entiendo que antes de hablar hay que hacer muchos cálculos y por eso solo la introversión permite que uno pueda observar, tener claridad, evaluar, entender, medir cada uso de mi energía interna.
Emiliano
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