
Tengo 53 años y hace13 años que tengo hipotiroidismo. Esta enfermedad empezó con todos los trastornos que ya sabemos (en Argentina, más de dos millones de mujeres la tenemos) cansancio extremo, uñas quebradizas, mucha sensibilidad al frío, estreñimiento, caída del pelo, engordar sin explicación, piel seca, etc…..y la consecuente irritabilidad que todo esto ocasiona. Recorrí varios médicos y si algo me aseguraron es que “no se sabe porque empieza, es un problema crónico y se resuelve tomando una pastilla, T4”. Con lo cual, eso hice y también resignarme…con cada compañera de trabajo o persona en la familia que lo hablaba, me encontraba que también la tiene.
Los controles son semestrales, análisis de sangre específico y ajuste de la dosis. La dosis de T4 fue aumentando hasta un día empecé con molestias en el cuello, luego de una ecografía de tiroides me confirman que tengo un pequeño tumor. Me asusté, “se trata de un tumor” me dije, pero el médico decía que era pequeño, de unos 2 mm y que si no crece puede que lo tenga hasta el final de mis días…otra cosa que no entendí, y tampoco me pudieron explicar. La pregunta a cada médico siempre fue ” como me puedo curar de esto?” Y la respuesta siempre la misma ” no tiene cura”.
Sin más seguí tomando la dosis de levotiroxina que seguía aumentando….y pasaban los años, y el tumor se iba agrandando de a poco. Cambie de médico y me dijo que igualmente no era peligroso ya media 4 mm pero si no llega a 6 mm está todo bien, más dosis y listo, y si crece la solución es operarse y vivir de por vida dependiendo de medicamentos.
Lo que más me preocupaba era que estaba creciendo, y si seguía en esa línea llegaría a tal final.
Por el año 2015 tomé el curso de Raja Yoga en Brahma Kumaris, y en una de las clases me impactó cuando la profesora dijo que somos almas, que es el alma la que piensa, la que se expresa a través de los pensamientos (que son energía), que es el alma la que mueve el cuerpo (con esa energía) y que es el alma la que lo enferma cuando esta mal y lo puede sanar. Esto me hizo mucho sentido…rapidamente reflexione respecto de lo que estaba pensando de mi, de esta enfermedad con la que directamente me identificaba ” soy hipotoidea” así decia. Fue esto último lo que hizo que me diera cuenta que no soy asi, no soy mi enfermedad, soy un alma que está en un cuerpo, un cuerpo que fui enfermando y que ahora me encantaría sanar. Escuchar que meditando es el alma la que influye al cuerpo me gustó, y me dió esperanza. Y si medito para sanarme? Esa pregunta me daba vueltas, y mientras tanto no deje de aprender, seguir practicando, acudía a los cursos de Calidad de Vida, las charlas y participaba cuánto podía de cada clase para aprender, para profundizar. Recuerdo que salía del trabajo corriendo para no llegar tarde y si alguna clase se hacía antes, entonces pedía permiso para salir antes del trabajo. Recuerdo tambien que me preguntaba: cómo esta gente dice esto? Alguien se habrá curado de algo?
Mientras tanto el tumor creció hasta los 6 mm y la nueva Dra me sentenció lo que yo ya sabía ” te tenés que operar” me dijo.
Le expliqué que estaba meditando y que me gustaría hacer la prueba de curarme con ese método y obviamente me miró como con enojo me dijo que no creía en nada de eso, que no es verdad, que nadie se curó así y que ella no deseaba asumir el riesgo de lo que podía pasarme si no me operaba en ese año.
Ok, el panorama empeoraba, pero decidí hacer desde el alma todo por ocuparme del cuerpo, cuando digo todo es: todo lo que había escuchado en las clases de Brahma Kumaris.
Primero preste atención al cambio de dieta, la sugerencia era solo comer natural, sano, no alcohol ni carnes, nada fuerte ni que irrite el estómago, nada que estimule mucho los sentidos…ni nada que yo misma no hubiera cocinado en estado de meditación e influyendo la comida desde los sentimientos puros del alma en conexión con Dios…no es sencillo, eso pensé, pero decidí intentarlo (y hasta el día de hoy lo mantengo).
Hablaban también de un estado saludable del alma que se logra meditando muy temprano, cosa que incorpore con mucho entusiasmo y mantengo hasta el día de hoy, esa meditación hace que comience mi día más pacífica, super amorosa y conectada con quién soy. Me permite también llevar este estado maravilloso a donde sea que voy y no tomar las influencias del medio (ese es mi esfuerzo, varias veces me sale y otras no, pero voy mejorando).
Otra cosa importante que aprendí es ir incorporando disciplinas físicas, elegí aprender a nadar porque era la sugerencia de mi hermana Isabel que trabaja en un Club de deportes. Ya sé que esto lo sugieren en todos lados, pero a mí me dió mucho sentido hacerlo desde el alma para beneficio del cuerpo, siendo conciente de moverlo con respeto, cuidar sus límites, llevarlo con amor, tenerle paciencia….. y no como un ejercicio para ver mi cuerpo más lindo, que es una visión mucho más superflua. Aprendí con esto a dedicarme tiempo, que es algo que no me sonaba bien, tenía la creencia de que el gym era para perder tiempo y que si uno quiere puede moverse en cualquier lugar. Ahora respeto mucho lo que allí hacen y entiendo lo valioso que resulta para todos el ejercicio.
Otro sugerencia era ordenar los horarios de descanso y alimentación de manera regular, así como hacemos con los niños, de forma tal que incorporé una siesta de 1 hora aproximadamente (que generalmente es menos y algunos días un poco mas) todos los días.
También fui a una meditación allí mismo en Brahma Kumaris que se llamaba “meditación saludable” dónde me enseñaron a relajar aquella parte del cuerpo que necesita sanar, me enseñaron también a conectar con Dios y tomar de su energía divina para irradiar cada parte de mi cuerpo que he de sanar.
En definitiva cambié todos mis hábitos de vida, y me animé a hacer todo lo que me sugerían en meditación. Fue muy hermoso aprender a emerger las virtudes que necesitaba para ese cambio: la paciencia, el coraje, el amor, la precisión, la dedicación, etc y el acompañamiento de los profes fue super importante. A cada paso me escuchaban, me ayudaban, me aconsejaban y acompañaban. Para mí ya es como una familia, incluso tenemos tantas especialidades unicas que aprendemos continuamente unos de otros y, como en todas las familias, tenemos nuestra diferencias que ir llevando.
Pasaron los seis meses y volví a la Dra, el proceso del tumor se había detenido, no había crecido, así que cuando me dió la noticia me puse feliz solo dos minutos, porque allí mismo me dijo que eso no es indicador de nada, que a veces pasa y que igual me tenía que operar. Ok, pienso seguir trabajando con la meditación u los hábitos saludables.
Te resumo, a los seis meses más había disminuido su tamaño 3mm y así fue que en enero de 2018 la ecografía de tiroides salió perfecta…solo dos años y medio de tratamiento natural y había desaparecido.
Tengo las ecografías, tengo cada análisis de sangre y cada vez que cuento esto me lo piden para corroborar, es así, pude y fue porque no estuve sola, la conexión divina con Dios y su equipo de ángeles maravillosos de Brahma Kumaris me habían sanado….y hoy entiendo que no solo de un tumor (porque tengo muchas más experiencias de haberme sanado meditando) sino que me rescató de una vida de esfuerzo excesivo, de dolor y tensión permanente, de vivir sin apreciar la belleza de estar viva a cada instante, y me enseñó a emerger las virtudes que viven en mi y estaban tapadas, ahora incluso estoy más comprensiva con quiénes sufren y di mi paso de coraje, ya que me hice profe de Brahma Kumaris para tener la oportunidad de rescatar más almas hundidas en el dolor y la arrogancia como yo estaba.
No tengo palabras de agradecimiento para esta institución, no, a cambios de eso decidí involucrarme, acompañarlos, ayudarlos y entregar todo el tiempo que puedo y mis ganas a esparcir este conocimiento divino. Soy madre, abuela y empleada en una financiera, no dispongo de mucho tiempo, pero la claridad que me ha dado está nueva forma de vida me ayudan cada día a organizarme de manera mucho más armoniosa y puedo ser voluntaria, soy muy feliz siéndolo. Espero a cada paso la oportunidad de colaborar y ayudar a sanar a otros y me he encontrado con la verdad de este servicio que es : que la misma energía que estoy dando también vuelve y me hace mas feliz. Cada día con más entusiasmo sigo aprendiendo y en el servicio a otros conozco personas maravillosas que me siguen ayudando a crecer.
Julia Demarziani
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